Aprendamos a sentarnos y trabajar  correctamente.

En  el puesto de trabajo, la ergonomía es fundamental para el rendimiento óptimo del trabajador, conseguir un buen diseño y corregir los malos hábitos, con el objetivo de disminuir riesgos asociados al tipo de actividad. Movilidad restringida, posturas inadecuadas, iluminación deficiente.

Entre otros elementos, y sus consecuencias negativas sobre la salud y el bienestar de las personas, traduciéndose en lesiones, sobre hombros, cuello, manos y muñecas, problemas circulatorios, molestias visuales, y un largo etc.

La prevención de riesgos laborales en trabajos de oficina depende, en gran medida, de que el equipamiento que se utilice o se compre, cumpla con los atributos mínimos de calidad ergonómica, para disminuir en buena parte las molestias en el puesto de trabajo.

 El estar sentado por tiempo indefinido, suele ser perjudicial ya que  la circulación sanguínea, especialmente en las piernas, hacia donde debe ir y retornar, no cumple su tarea con la misma eficacia si no hay movimiento que la ayude.

Por otra parte, la columna vertebral, que debería mantenerse erguida, a menudo es maltratada con la pésima costumbre de inclinarse-encorvarse hacia el escritorio y, sobre todo, hacia el teclado de nuestro ordenador. Esto, sumado al estrés, que va poniendo tensos los músculos, termina por hacer presión sobre las vértebras, ocasionando leves molestias en el mejor de los casos, o causando desplazamientos de esos delicados huesos que, junto a los nervios, componen un intrincado mecanismo. Así llega el dolor de espalda, y si a ello se suma el hecho de que la pantalla del ordenador no está frente al usuario, sino a un costado, el cuello sufre las consecuencias.

Los brazos, a menudo sin apoyo, deben realizar un esfuerzo adicional, del que rara vez somos conscientes, para darles a las manos la fuerza para apretar las teclas y utilizar el ratón.

Todo esto trae una serie de  problemas de columna,  dolor de cuello y espalda, problemas cervicales, dolores de cabeza constantes, tendinitis y también molestias en hombros, piernas y otros problemas.

Además, se consideran también como “males de oficina” la escasa movilidad frente a la mesa de trabajo, la posición inadecuada del teclado y ratón, la insuficiente iluminación, el ruido, la climatización, la calidad del aire que se respira, la dificultad en el uso y manejo de programas informáticos, la organización en el trabajo, entre otros.

Algunos consejos para el buen posicionamiento en el puesto de trabajo.

Mantener la espalda erguida, pegada al respaldo de la silla,  preferentemente una silla diseño ergonómico, con apoyo y regulación lumbar tanto en altura como presión de la misma, brazos regulables, etc…

• El usuario siempre debe mirar  la pantalla del ordenador de  frente, para evitar hacer malos movimientos con el cuello, lo que va a provocar dolor a corto o mediano plazo. La línea horizontal de visión deberá coincidir con la parte superior de la pantalla.

• Los pies deberán estar apoyados en el suelo, para mejorar el retorno venoso. Ideal será ponerlos en posición de descanso, lo más extendidos posibles. Por eso los escritorios se aconseja tener abajo suficiente espacio, y si hay un reposa-pies, mejor aún.

• Habitualmente las personas son diestros, se recargan sobre su lado derecho, sin darse cuenta. Para equilibrar, se sugiere utilizar el ratón con la mano izquierda. En tres semanas se adquiere este hábito.

• Poner los documentos en un atril o elemento elevado, para evitar problemas cervicales. Los apoya-muñecas en el borde inferior del teclado ayudan parcialmente a hacer más cómoda la actividad.

Hacer pausas activas cada 60-90 minutos, para estirar los músculos. Los expertos hablan de efectuar “micro pausas compensatorias”, de pocos segundos, en cuanto se sienta alguna molestia, por pequeña que sea. Ello es mejor que esperar “mayor dolor” para interrumpir la tarea-actividad desarrollada.